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miércoles, 20 de mayo de 2015

La madre del topo

Y esto no para, por muchos escritos que empieces en los que no encuentres la manera exacta de cómo gritar sobre el papel el bullicio de emociones que de pronto te asaltan. Por muchos momentos en los que necesites sentarte a suspirar por ese asunto, por esa persona o por la madre del topo, esto no para. Lo llevas ahí y no hace falta que fuerces su ida porque, a más lo haces, más viene. Deja que vaya contigo y que por ello mismo se transforme. Solo asegúrate de que lo que consigue que te frenes en cada momento sea aquello que te quite todavía, de nuevo o una vez más, el hipo. Asuste más o menos, si algo debes sacar en claro una y otra vez es que, si se tiene el impulso, para bien y para mal siempre fue mejor lanzarse. Ni por la ventana, ni a por el bote de Nocilla comida con cucharilla… ¡al frente! Justo hacia eso que, veas o no veas ahora , llevas en tu cabeza o entre ceja y ceja. Es lo más coherente que puedes hacer para salir reforzado de tus puntos de inflexión. El destino es sabio y, sea o no esa corazonada/cabezonada la misma hoy que mañana, pone las cosas en su sitio aunque solo sea porque no vayas a conocer otro y pretendas aprovechar el tuyo. Tras la fase de lloros y la de rabia, se comenta que tienes varias opciones: la de darte al alcohol, al victimismo y al eterno lamento o la de reafirmación, liberación y darle tiempo al tiempo. (Y, si al final nada sale bien recuerda, como comodín, decirles a todos que fue 'la topa madre de todo' quien tuvo la culpa. Es lo que peor se nos da ante los fracasos, asignar culpables).

xx

Reza porque no me cruce contigo porque, si me miras, voy, digo, vas, a tener que besarme. O morderme el labio tan fuerte que haga daño. Lo del masoquismo a veces se me ha dado dpm. Tengo un nudo atando el estómago todo eso que querría vomitar y una flecha atravesada en el pecho que ahoga, mientras apunta en esa dirección que por inercia sigo. Necesito gritarle a la vida que a veces parece puta. Necesito pedirle al destino que, si hoy no estás conmigo, tampoco vayas muy lejos de mí. Que permita superar todos esos aspectos que, ahora entiendo, fueron mejorables. Que si no estoy contigo, me lleve junto a esa clase de persona con la que ahora tengo claro que quiero compartir días y noches. Perdona si estás cansado de rondar tanto por mi cabeza, te aguantas. Me matas de rabia y de amor a partes iguales y, te querría tan aquí, que tenerte a medio camino no me sabe ni a batalla medio ganada. Y te prometo que en esto con concibo el conformismo. Caminas al revés y yo corro hacia delante con un imán en la espalda. ¿Qué mierdas está pasando? Yo ya no solía apostar por nadie y ahora… tú y tus causas, yo y mis razones. Fue tan placer que yo acertase contigo como que tú te equivocases conmigo.

miércoles, 6 de mayo de 2015

A las sonrisas por el pasillo

Hoy me he enterado de otro de esos sucesos que te dejan mirando al infinito, incrédula, y que te enredan un nudo en el pecho en cuestión de segundos: la muerte inesperada de alguien. De alguien joven, de tu edad. Esta vez, parece incluso un extracto de humor negro el hecho de que, hace tan solo unos días, él mismo estuviese escribiendo que aun iba a seguir vivo por mucho tiempo. Seguro que, en el recuerdo de muchos a los que nos transmitió esa paz y esa energía a la vez, sí. De todos modos, ¡qué inconsciencia la nuestra eh! Parecemos obviar, por momentos, que estamos expuestos a la muerte desde que nacemos. A veces parece que nos creemos inmortales dando por hecho que mañana o dentro de un rato habrá una nueva oportunidad. Claro que, ¿qué debemos pensar? Somos demasiado vulnerables como para creernos tan invencibles pero, seguramente, también insensatos para lo que podremos aprovechar. Y es que, ni las personas que parecen estar tan llenas de vida que parecen eternas, lo son. Hace casi exactamente tres años que una muerte hizo que mi pensamiento cambiase en cuanto a este tema y, con ello, también un poco mi vida, pero eso no quiere decir que deje de impactarme.

lunes, 4 de mayo de 2015

Muy, mucho, ¿suficiente?

Cuando todo es muy y mucho pero, a la vez, nada suficiente, todo se percibe estupendo en la vida... al menos adecuado como para sentirse bien y permanentemente hambriento. Pero parece que eso no tiene la misma reacción cuando se traslada al amor, ¿no os parece? El amor no es conformista, es caprichoso. Es una concentración de coincidencias que parece exigir que todo sea tanto "muy", como "mucho" como "suficiente" la mayor parte posible del tiempo. Requiere de un equilibrio entre esas tres variables que, empujando desde dos fuerzas distintas, se dirijan hacia un centro en común. Si el lugar de encuentro no llega a ese "suficiente" o cruza la línea de "lo excesivo", el amor se cuela por la rendija que dista una fuerza de la otra, por no haber invertido la energía necesaria. Si la rendija es grande, se colará más rápido, si la rendija es pequeña, se colará más lento... pero se colará y no calará, que es la única forma de que penetre y crezca. Quizás cuando se encuentra un punto que, lejos del conformismo, pueda parecernos suficiente, el muy y el mucho aparecen más fácilmente.

"No tenemos suficiente con la felicidad, exigimos euforia."