Páginas

Translator

martes, 24 de julio de 2012

Una pataleta solo es una patada en nuestra propia cara


Somos responsables de cualquier tipo de guerra, pero la gran guerra deriva de otras muchas más pequeñas.

La grande y sentenciosa es la más popular y vistosa; las pequeñas, las culpables y, en cualquier caso, el único hipotético punto de inicio y de vuelta a la calma. Si cada individuo es incapaz de controlar su propio caos, muchos caos difícilmente conseguirán el consenso y el respeto que marquen el camino de la paz a gran escala. Si intentamos controlar un gran mundo sin aceptar que tan solo lo haremos en uno minúsculo y a la vez sin darnos cuenta de la responsabilidad que ello supone, estamos perdidos, como de costumbre.

La avaricia rompe el saco, el orgullo es el diablo y es verdaderamente repugnante que, al final, solo las tragedias sean capaces de destapar conciencia y humanidad en demasiadas ocasiones. Tenemos un mundo para nosotros y somos creadores de nuestros propios logros pero también de nuestra propia mierda. Paremos de atentar porque acabaremos inmolándonos.