Páginas

Translator

martes, 24 de febrero de 2015

Comunicado al xurri (o llámalo X) de mi amiga

“- ¿Qué ha pasado?
- Nah… que ahora dice que deberíamos limitarnos a quedar una vez a la semana porque me está cogiendo cariño y que le apetece hacer más cosas conmigo… y que eso no puede ser.”

Detesto a esos hombres que rehuyen del amor como si fuese una maldita enfermedad. Hoy te detesto a ti chico J. Primero porque creo que esa emoción que se siente cuando dos personas se gustan, y que puede acabar siendo amor, puede ser jodidamente genial. Al menos, mejor que el desamor o que tengas ganas reprimidas. Segundo, porque eres un cobarde. ¿A qué tienes miedo? ¿A enamorarte? ¿A enamorarla? ¡Vamos ya, hombre! Ya no estamos para aguantar tonterías. Aquí se trata de ir conociéndose, de tener ganas de compartir con la otra persona y de sentirse a gusto y bien. Una vez una chica me dijo: “A un chico o le gustas o no le gustas, lo demás son excusas.” Si en este caso mi amiga te gusta, ¿cuál es el problema? Suelta el pasado y tu miedo al fracaso y será la única forma de la que puedas ganar algo bueno.

A ti que podrías ser tantos otros, quiero decirte más cosas. Nosotras ya no creemos en príncipes azules inhumanos y ni siquiera los esperamos. A mi amiga, a mí y a bastantes más mujeres, nos gustáis los hombres imperfectos. Es más, nos encanta encandilarnos de vuestras genialidades, pero también poder cogerle cariño a vuestros puntos débiles y deciros que los tenéis, porque a la vez nos emboba vuestra cara de indignados cuando acaba en beso. De la misma manera nos gusta ir sintiendo cómo vosotros perdéis la cabeza por nuestros detalles, a base de ir descubriéndonos y valorándonos.  Enloquecemos con cada respuesta vuestra que nos haga sentir el orgullo que sentís de que seamos nosotras, esa, vuestra chica, la mejor. Nos ilusionamos, sí, ¿acaso vosotros no? Las mejores historias de tu vida habrán empezado por una ilusión. Nos ilusionáis cuando os hacemos sentir afortunados, cuando os lo curráis por hacernos sentir lo mismo y cuando queréis compartir con nosotras vuestro mundo de hombres mientras nos hacéis sentir realmente mujeres.

Sabemos que os encanta hacernos sentir mujeres, pero también, y aunque a todos nos asuste, sentir que vuestra chica está enamorada de vosotros, si la historia llega a un punto en el que sigue yendo bien. Pero claro, enamorarse es un proceso y es ahí donde flaqueáis, donde perdéis el norte y no sabéis para dónde tirar o si echar marcha atrás… donde creéis que nosotras vamos a enamorarnos antes que vosotros porque somos más emocionales y porque vemos arcoíris y mariposas por todos lados. Pues tengo que decirte, J., que, llegados a cierto momento en la vida, una chica no se enamora sola, sino que para llegar a hacer que se sienta enamorada, o más enamorada que desconfiada, hay que hacer cosas para enamorarla. ¿Cómo va a enamorarse alguien si no hacen nada para enamorarle? Y eso, si se da, va saliendo solo, sin tener que pensarlo mucho y sin darte apenas cuenta.

Entonces, como conclusión, el mensaje que realmente quería enviar desde el principio y, en especial hoy a ti ‘xurri’ (o como prefieras que te llame) de mi amiga: Creo que el primer dilema viene cuando sentís que incluso nosotras estamos más capacitadas a veces para enamoraros a vosotros, porque nos acobardamos menos. No quieres pasarlo mal, no quieres hacérselo pasar mal, etc… Y lo sabe, ella tampoco lo quiere y por eso respetará tu decisión. Me alivia pensar que hay chicos que entienden, como justamente me hizo saber uno estupendo hace poco. Espero que mañana ella pueda explicarme lo mismo.  Quien no arriesga no gana, ¿no? Y el que avisa no es traidor. Quizás estés dejando escapar a una tía dpm (y en este caso lo corroboro) porque, si no, no creas que va a seguir durando mucho más tu ‘kiki’ semanal, porque hay algo mejor detrás. Por eso hoy, chico J., si te tuviese delante te aconsejaría que dejases de rehuir de tu presente por conspiraciones de futuro. Incluso que te lo curres con ella, pero más que por ella, por ti, porque tú también mereces amor aunque la simple palabra así de primeras te asuste. Tu problema es pensar que todas las mujeres somos esas (con las que quizás te hayas topado alguna vez) acaparadoras, controladoras y que van a privarte de tu libertad. Algunas queremos hombres libres y, si nos valéis la pena, os queremos libres pero con nosotras, dispuestas a sumar. 

viernes, 6 de febrero de 2015

Caca, culo, pedo, pis

“¡Oh! ¡Pero qué marrana! ¿De qué vas hablando así en el blog?” Y digo yo… ¿Acaso no son todas esas palabras entradas de diccionario? ¿No te son palabras familiares e imágenes habituales? Las princesas también cagamos y podemos, incluso, hablar de ello. Y ahora, borra esa desagradable imagen de tu cabeza porque lo que no he dicho es que, como todo el mundo sabe, cagamos purpurina y cantamos de alegría mientras lo hacemos. Tonterías aparte, prefieras llamarle eructo, "rot", "cuesco", pedito o flatulencia, es algo que a ti y a mí nos une (aunque el tuyo huela peor, claro…). Dicho lo dicho, tras esa sensación de cercanía y complicidad que pese a todo genera, y porque un amigo no es realmente un amigo hasta que después de una cerveza no ha eructado y ha dicho un tímido “lo siento” o un descarado “toma ya”, caga, eructa y pede. Hazlo donde quieras menos cerca de otra cara, evita ser descarado (como este texto) pero tómate con naturalidad la jugada y a reír mientras se pueda respirar. Te llamarán “guarro, basto o cerdo”, calificativos que entrarán en contradicción con lo que piensa tu cuerpo. De todas formas, si eres de esa especie de seres extraterrestres que creen poder controlarlo o de esos a los que “no les van esas mediocridades”, tranquilo… Opta por vomitarlo, que parece que está socialmente más aceptado aunque la causa a veces dé más pena o guárdatelo y revienta, como suele pasar con toda la mierda mal gestionada en este mundo.