“- ¿Qué ha
pasado?
- Nah… que ahora dice que deberíamos limitarnos a quedar una vez a la semana porque me está
cogiendo cariño y que le apetece hacer más cosas conmigo… y que eso no puede ser.”
A ti que
podrías ser tantos otros, quiero decirte más cosas. Nosotras ya no creemos en
príncipes azules inhumanos y ni siquiera los esperamos. A mi amiga, a mí y a
bastantes más mujeres, nos gustáis los hombres imperfectos. Es más, nos encanta encandilarnos de vuestras genialidades, pero también poder cogerle cariño a vuestros puntos débiles y deciros que los tenéis, porque a la vez nos emboba vuestra cara de indignados cuando acaba en beso. De la misma manera nos gusta ir sintiendo cómo vosotros perdéis la cabeza por nuestros detalles, a base de ir descubriéndonos y valorándonos. Enloquecemos con cada respuesta vuestra que nos haga sentir el orgullo que sentís de que seamos
nosotras, esa, vuestra chica, la mejor. Nos ilusionamos, sí, ¿acaso vosotros no? Las mejores historias de tu vida habrán empezado por una ilusión. Nos
ilusionáis cuando os hacemos sentir afortunados, cuando os lo curráis por
hacernos sentir lo mismo y cuando queréis compartir con nosotras vuestro mundo de
hombres mientras nos hacéis sentir realmente mujeres.
Sabemos que os encanta hacernos sentir
mujeres, pero también, y aunque a todos nos asuste, sentir que vuestra chica está enamorada de vosotros, si la historia llega a un punto en el que sigue yendo bien.
Pero claro, enamorarse es un proceso y es ahí donde flaqueáis, donde perdéis el
norte y no sabéis para dónde tirar o si echar marcha atrás… donde creéis que
nosotras vamos a enamorarnos antes que vosotros porque somos más emocionales y
porque vemos arcoíris y mariposas por todos lados. Pues tengo que decirte, J., que,
llegados a cierto momento en la vida, una chica no se enamora sola, sino que para
llegar a hacer que se sienta enamorada, o más enamorada que desconfiada, hay
que hacer cosas para enamorarla. ¿Cómo va a enamorarse alguien si no hacen nada
para enamorarle? Y eso, si se da, va saliendo solo, sin tener que pensarlo mucho y sin darte apenas cuenta.
Entonces, como conclusión, el mensaje que realmente quería enviar desde el principio y, en especial hoy a ti ‘xurri’ (o como prefieras que te
llame) de mi amiga: Creo que el primer dilema viene cuando sentís que incluso
nosotras estamos más capacitadas a veces para enamoraros a vosotros, porque nos acobardamos menos. No quieres
pasarlo mal, no quieres hacérselo pasar mal, etc… Y lo sabe, ella tampoco lo quiere
y por eso respetará tu decisión. Me alivia pensar que hay chicos que entienden, como justamente me hizo saber uno estupendo hace poco. Espero que mañana ella pueda explicarme lo mismo. Quien no arriesga no gana, ¿no? Y el que avisa no es traidor. Quizás estés dejando
escapar a una tía dpm (y en este caso lo corroboro) porque, si no, no creas que va a seguir
durando mucho más tu ‘kiki’ semanal, porque hay algo mejor detrás. Por eso hoy, chico J., si te tuviese
delante te aconsejaría que dejases de rehuir de tu presente por conspiraciones
de futuro. Incluso que te lo curres con ella, pero más que por ella, por ti,
porque tú también mereces amor aunque la simple palabra así de primeras te asuste. Tu problema
es pensar que todas las mujeres somos esas (con las que quizás te hayas topado alguna vez)
acaparadoras, controladoras y que van a privarte de tu libertad. Algunas queremos hombres libres y, si nos valéis la pena, os queremos libres pero con nosotras, dispuestas a sumar.