Páginas

Translator

martes, 22 de abril de 2014

Ser bueno es ser justo

“Te voy a dar algún consejo y pretendo que lo tomes a modo de lección. Regla número 1: debes respetarte a ti misma. Tanto si eres una buena persona como si no, por favor, piensa en ti. A veces puedes herirte a ti misma intentando ser tan complaciente y amable con los demás. Lo sé, lo sé, siempre eres encantadora con todo el mundo porque no sabes ser de otra manera… ¡y tampoco es que quieras! Pero no es un problema de personalidad, se trata de un problema de experiencia.

Imagina una escalera con varios peldaños. Cada peldaño tiene algunas personas que han sido importantes para ti y otras que no tanto. Ahora céntrate en las que sí y en el peldaño que merecen. Si tú consideras que alguien está en el último peldaño, no te sientas culpable de ello porque, si es así, probablemente será porque esa persona no ha hecho muchas cosas importantes por ti o no ha estado apoyándote en el momento apropiado. ¿Por qué dar, repetidas veces, aquello que tú no has recibido?

Mira, mi mejor amigo empezó a ser mi mejor amigo discutiendo. Porque, cuando yo era un completo niñato, él vino y me dijo: "Que te den. No vas por el buen camino y no creo que debas comportarte tal y como ahora lo estás haciendo. Por tanto, que te den, tío." Y, ahora, él es mi mejor amigo. Alguien importante, quizás a veces no estará a tu lado, pero sí lo estará en el momento en que lo necesites y sabrá aportarte eso suyo que necesitas.

Ser bueno, entonces, probablemente sea ser justo, hacer justicia. Si no eres justa en cada situación, estarás siendo más mala que buena. Tanto si no das nada como si lo das todo o más de lo que debieras... en un caso harás mal ajeno y, en otro, te autodañarás. Entonces, no des o permitas ni más ni menos, busca el equilibrio y deja que los demás puedan encontrarlo. Cada uno a su ritmo ¿sabes lo que quiero decir?

Ve con cuidado, por favor. Está bien para ti tratar de ser amable con todos pero, si continúas así, puedes llegar a sentirte sola o triste en un futuro y darte cuenta de que demasiada gente se aprovechó de ti en un pasado. No le des a nadie lo que no merece… y tú sabes perfectamente lo que cada uno merece de ti. Y, hazme caso, no intentes ser demasiado bondadosa con alguien si esa persona, al final, no sabe valorarlo.”
(Charla de Vincent a “frenchie” en Helsinki'11.)

lunes, 7 de abril de 2014

Todo es misterio

A veces perdemos el rumbo, la noción del tiempo, del espacio y de la identidad. Olvidamos que el sentido depende de aquello que para nosotros lo tiene y no siempre de aquello a lo que nos estábamos dirigiendo. Algunos lo llaman "crisis existencial", otros "malas rachas"… y lo que pasan por alto es que esas son las rachas en las que más creatividad y abanicos de opciones vamos a ser capaces de abrirnos. ¿Hacia dónde ir? ¿Junto a quiénes caminar? ¿Cuándo empezar? ¿Qué buscar? Hacemos cuestiones que resumen el temor que sentimos antes de descubrir o de decidir. Tantas son las posibilidades y tanta la indecisión que, al final, es la comodidad la que acaba matando nuestros  verdaderos deseos.

Todo es misterio. Nos cuesta aceptarlo. ¿Por qué nos ahoga? Nos resistimos a dejarnos sorprender. Paremos de hacer preguntas y de perseguir siempre respuestas. Las respuestas más ansiadas las tenemos nosotros mismos a base de responder interrogantes con acciones. ¿Qué es verdad? ¿Qué es mejor? ¿Por qué y para quién? Ansiamos controlar la evolución de todo y el pensamiento de todos e, intentarlo si quiera, es completamente inútil. Somos más conocedores de lo que imaginamos. Olvidamos que siempre nos será más útil perseguir 'lo que sentimos que necesitamos' frente a 'lo que pensamos que queremos'.